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Por sobre todo que no nos falte la vida. (Parte I)

Decisiones impensables


Un día antes que el gobierno argentino decretara la cuarentena obligatoria en todo el territorio nacional, el Centro Social Nuevos Horizontes en medio de dolor que implicaba la decisión, cerró sus puertas, pero no paró sus funciones. A partir de ese día empezó una carrera por continuar al servicio de la comunidad del barrio FONAVI de la ciudad de Punta Alta en Argentina.


Desde hace 16 años que empezó su labor, el Centro Social nunca había cerrado, ni siquiera en vacaciones, pero la pandemia obligó a tomar decisiones impensables para proteger y cuidar a toda comunidad, especialmente a los niños que diariamente concurren al lugar.


La decisión no sólo implicó el cese de las actividades cotidianas sino que además hizo que el equipo de trabajo rápidamente tuviera que empezar a adecuar sus funciones para acompañar y atender a su comunidad.


Como Nuevos Horizontes, todas las organizaciones sociales milONGa, empezaron una maratón casi contra reloj para no dejar solas a sus comunidades. Rápidamente se encontraron de frente con la primera y más grande necesidad a atender: el hambre.


Al no poder salir a trabajar muchas personas perdían sus empleos y otras, que viven del día a día, se encontraron sin opciones para obtener un sustento económico, ya de por sí precario.


El gran interrogante, común en todas las organizaciones sociales fue ¿cómo hacer? ¿cómo organizarnos para luchar contra esta problemática que se vislumbraba iba a afectar a varias de las familias de las comunidades?

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