Cumpliendo con lo prometido les traemos la segunda parte de la entrevista realizada a los voluntarios Bruno y Zoe de Argentina, los cuales se encuentran desde hace un año y medio en Kenia, África.
Anteriormente conocimos lo que motivó a esta pareja de jóvenes a realizar un voluntariado, los retos que enfrentaron, cómo esta experiencia cambió sus vidas, y las similitudes y diferencias culturales que encontraron.
Con la vasta experiencia que tienen ambos realizando voluntariado, tanto en Argentina como fuera de ella, sabemos que es mucho lo que han aprendido y no podríamos dejar de preguntarles Nairobi, Kenia. Junio 28/2020. Hogar Familia Ya Ufariji. ¿qué es para ellos ser un voluntario?
“¡Es un estilo de vida!Antes también fuimos voluntarios de otras maneras, pero vivirlo como un estilo de vida creo que es súper enriquecedor…nos ayuda a estar un poco más despojados de las cosas y de nosotros mismos para tener una mirada más centrada en el otro y en el que tenemos al lado…” explica Zoe.
De igual manera, nos comenta que desde su experiencia es importante realizar voluntariado, desde diferentes espacios, ya sea apoyando una organización en su país de origen como hacer un voluntariado internacional. “…Personalmente yo fui voluntaria en un montón de ámbitos y creo que es algo que todos las personas deberían hacer, si bien no necesariamente de esta manera más radical que estamos viviendo ahora con este estilo de vida, pero siempre deberíamos tener un momento que de manera gratuita, nos podamos donar a los otros, construir juntos un mejor contexto y un mejor futuro…”.
Para Bruno el hecho de hacer voluntariado es una oportunidad para cambiar el mundo desde las acciones, y de entender que la responsabilidad no recae del todo en los gobiernos sino también en la persona común.
«Para mi ser voluntario es estar convencido de que al mundo lo cambia la persona común, que somos nosotros quienes caminamos las calles del mundo… Entonces siento que las personas deberían dejar de criticar a los políticos o al gobierno de turno y entender que también uno es responsable de lo que sucede en el mundo y cómo el mundo está. A la gente que hace voluntariado no le paga nadie económicamente, pero es la convicción la que hace que vos entregues tu tiempo, muevas tu energía, tu cuerpo, corazón y mente para cambiar este mundo, esos granitos de arena van cambiando el mundo para bien o dejándolo un poco menos peor».
Un mensaje a los futuros voluntarios
Si bien las nuevas experiencias tienen muchas veces miedo que hacen que nos paralicemos, eso no debe ser un impedimento para cumplir un sueño. “Yo les diría que no tengan miedo, que no hay nada a qué tener miedo, que por lo menos en mi caso, saliendo es como uno se encuentra y dando es como uno recibe… La verdad en todo esto de dar y compartir, he encontrado muchísimo, que no hubiese existido forma de encontrar con la vida en mi pequeño mundo que tenía antes…” Expresa Zoe.
En ese sentido hace una invitación para salir de la zona de confort en la que muchas veces se está acostumbrado a estar, y de la que es necesario salir para experimentar una verdadera plenitud interior “…Es un desafío que aun así, trae mucha gratificación y mucha alegría al alma, sobre todo que no tengan miedo que lo material, las cosas, incluso las personas que nos rodean, no son tan importantes como el amor que uno puede dar y el amor que podemos recibir teniendo este tipo de experiencias de voluntariado; sobre todo saliendo de nuestra comunidad, saliendo de nuestra zona de confort podemos encontrar mucha felicidad, muchísima plenitud interior”.
Oídos sordos al negativismo
Bruno nos comenta cómo las personas habían influido mucho en su decisión de visitar África, y cómo le habían intentado plantar ciertos miedos, que solo los pudo derribar saliendo de Argentina.
“Lamentablemente mucha gente nos mete miedo en la cabeza, nos hablan mal del mundo, lo mal que te va a ir si te vas a tal lado o al otro, y hay poco aliento y poca creencia en uno mismo… Hay una frase de Gandhi que me gusta mucho: “La mejor manera de encontrarte es perderte al servicio de los demás” Compartir mucho con la gente me llenó mucho el alma ¡Ojo! y no es que hay que irse muy lejos, al frente de tu casa, en el club del barrio, el comedor o lo que sea; es allí donde vas a recibir mucho más de lo que das, pero hay que dar con amor y sin esperar nada a cambio”.
Para finalizar les consultamos hasta cuándo estarán en Kenia o si desean viajar a otro lugar. Entre risas nerviosas nos comentan que debido al vencimiento de su visa de turistas no podrán estar todo el tiempo que tenían previsto. “Por nuestra parte nos quedaríamos cinco años más, pero estamos complicados porque se nos terminó la visa de turista, no pudimos extender otra… Así que tenemos poco tiempo para estar aquí, pero aprendimos que la esperanza es lo último que se pierde”, afirma Bruno.
También nos comenta que al principio les afectó mucho el enfrentarse a partir, pero que no se desaniman. “…Me siento muy bien aquí, porque tenemos mucho que aportar todavía, pero me di cuenta que había entregado todo, cada día me levanté y di todo mi amor, todo lo que pude dar, así que eso me llevó a una paz interior… y bueno que pase lo que tenga que pasar, la vida nos encontrará dónde tengamos que estar”.
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