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Hombre mundo de México a la Argentina



Da Querétaro, México al Departamento


Desde Querétaro, México, para el Departamento San Martín, Salta, Argentina. Soy Luis Alfonso Tapia Ocádiz, un mexicano que realizó un voluntariado en el proyecto Milonga en la Fundación de Iniciativas y Estrategias Solidarias, en el Departamento San Martín, Salta, Argentina.

¿Por dónde comenzar? Son tantas las experiencias vividas, desde el miedo a enfrentar una realidad diferente, hasta los frutos de la decisión de amar concretamente.

La expectativa

En mis planes estaba estudiar en la Universidad Sophia, pues quería profundizar en el carisma de la unidad, impregnando mis estudios con una preparación más integral. Ya tenía preparados mis documentos para hacer la solicitud, cuando surgió la oportunidad de participar del proyecto milONGa. Y justo por esos días surgió la oportunidad de ir precisamente a Salta, a la Fundación de Iniciativas y Estrategias Solidarias, en un proyecto de empoderamiento socio-comunitario a partir de sociedades cooperativas para personas marginadas. Dicho proyecto se ajustaba a una iniciativa que tuve mientras hacía mi servicio social en México, era como mi propio proyecto, pero ya plasmado en la realidad. Así que renuncié a mi idea de hacer la maestría en otro país para hacer algo totalmente diferente, pero que iba hacia el mismo objetivo: impregnar del carisma de la unidad mi preparación profesional; así que hice los trámites pertinentes.


De la Universidad Sophia he escuchado maravillas, sé que es una gran institución, con gente muy preparada. Del proyecto al que iba, sólo conocía a la coordinadora del proyecto, Verónica López, y eso a través de una conexión vía Skype que hicimos a través de Vicky Osorio, coordinadora regional del proyecto milONGa. Vero me contó en qué consistía el proyecto y todo lo que se estaba realizando… Yo entendía que aquello era ya una realidad, las cooperativas funcionando, la gente empoderada, etc. Era como mi sueño hecho realidad. La sorpresa fue cuando, al llegar a Salta, a la región donde haría mi voluntariado, me di cuenta de que había entendido mal, la creación de las cooperativas estaba en gestión. Por lo que, en pocas palabras, no era esto lo que me imaginaba, sino que superaba mis expectativas, era mejor de lo que esperaba. Veía en esto la oportunidad de aprender y ser parte del proceso.


Lo aprendido


Aprendí que como ser humano tengo muchas limitaciones pero que no debo enfocarme sólo en ellas; sino que debo considerar los talentos que me han sido dados para poder realmente aportar algo de mí a la sociedad. De esta manera, he podido forjarlos y me he dado cuenta de que uno puede servir cada vez mejor si está en esta disposición de donación, dando frutos que no sólo dependen de mí, sino que siento que he vivido la experiencia de que Dios ha querido escribir derecho en mis torcidos renglones, bastó con mi «sí».


También he aprendido que a pesar de que fui a ayudar a gente que se encuentra en un estado vulnerable, la donación no sólo se limita a lo que yo he podido darles, más bien a la riqueza que estas personas han aportado a mi vida, convirtiéndose de alguna manera en un intercambio de bienes. Es así como también yo he sentido que ellos han sido una gran ayuda para mi persona.

Además, dentro de las lecciones aprendidas, el testimonio de los logros de estas personas me ha demostrado que en la vida se puede llegar más lejos, que no importa cuán incapaz puedas sentirte, no importa cuán débil puedas parecer, no importa el grado de vulnerabilidad, ellos me han confirmado que a pesar de la situación en la que te encuentras, así sea tan adversa como la de muchos amigos que conocí, siempre tienes la opción de decidirte por algo mejor.


He aprendido cosas muy bellas al ponerme en la disposición de querer realmente conocer esta otra cultura, decidirme a profundizar en las relaciones tanto con el equipo como con los beneficiarios siempre que pude. No siempre es fácil, a veces uno se puede sentir realmente herido, a veces uno puede sufrir al conocer las circunstancias en que viven algunas personas, y es aquí donde me veía en la necesidad de poner un límite invisible para no mimetizarme con la problemática que se vivía y poder verdaderamente ser ayuda.


Dificultades encontradas

Entre las pequeñas y grandes dificultades que enfrenté fue, primero que nada, encontrarme con otra cultura. Después, encontrarme con otras culturas dentro de la gran cultura. También el enfrentarme con una realidad nueva, donde no tenía control de nada, sino que debía adaptarme a todo lo que ya había. Y fue así como descubrí mis limitaciones y conocí algunos miedos personales.

Hablando en cuestiones prácticas, al no conocer el país, fue difícil encontrar soluciones en cuanto al transporte (Buenos Aires-Salta, Argentina), sin embargo, siempre la Providencia se hacía presente con soluciones concretas.

En la zona de pobreza donde me encontré, algunos servicios no estaban muy a la mano, por ejemplo, en ocasiones nos quedábamos incluso sin luz. Cabe mencionar que mientras yo hacía el voluntariado se me dio la oportunidad de trabajar en línea en la empresa mexicana para la que laboro. Era difícil encontrar cerca de donde vivía, un lugar con buen internet, que era indispensable para llevar adelante este trabajo.


Relación con la comunidad local

En mi caso, mi comunidad local era el equipo de trabajo de la Fundación. Con algunos de los compañeros fue inmediata la integración, lo que me dio la confianza de sentirme libre al desenvolverme y tomar decisiones. Con otros pocos, la relación fue difícil porque chocábamos en personalidades y maneras de pensar y ver las cosas, sin embargo, al final se superaron las barreras y las relaciones se crearon.


What I felt to communicate about my Mexican culture was cordiality and attention; I felt I could offer listening and really value the other, with his culture, his experiences and knowledge. I received so much affection, I also found many people who shared and appreciated my culture, I felt special, valued; for example, I remember that all the people I met remembered the famous Mexican TV program “Chavo del 8”.




Crecimiento personal


Esta experiencia me ha dejado una marca muy positiva, tanto espiritual como profesionalmente hablando. Me he dado cuenta de que se puede llegar tan lejos como uno se lo proponga, pero, no basta con tener bien claros los objetivos y desarrollar la estrategia adecuada, sino que es indispensable quitarse los miedos y atreverse a tomar decisiones, teniendo en cuenta que habré de equivocarme muchas veces, pero teniendo más presente aún que la lucha vale la pena, pues la meta estará clara.


Haciendo esta experiencia fue que descubrí, de diferentes maneras, una vocación profesional, o quizás la necesidad de prepararme mejor en dos áreas: Coaching y Programación Neurolingüística. En función de poder dar un mejor aporte a la sociedad.


Lo que me gustaría cambiar en mí, para ser una mejor versión mía, sería la capacidad de vencer más rápido mis miedos y confiar más en mis decisiones, pues me di cuenta de que las veces que me decidí y actué, se lograron buenos frutos.



Experiencia post voluntariado


En mi ciudad hay una comunidad vulnerable que venía visitando con un grupo de jóvenes una vez por mes, haciendo actividades de recreación y algo de formación con los chicos. Hoy, me gustaría dar un aporte más concreto en lo social, atreviéndome a comprender junto a ellos cuáles son sus necesidades para esforzarme por ayudar a atenderlas. También me gustaría seguir promocionando el proyecto Milonga, a través de mi experiencia y estar a disposición de lo que pudiera ofrecerse al equipo de trabajo de este proyecto.


En general, la experiencia ha sido muy buena. Los pequeños detalles que pudieron haber surgido, suman a la misma.

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