Somos Miriam y Valentina y en el mes de abril del 2022, hemos vivido una experienza de voluntariado en Bolivia, en la ciudad de Cochabamba.
Antes del viaje, teníamos muchos deseos y estábamos muy motivadas por partir, pero parecía que el tiempo no pasaba nunca y las cosas que teníamos por preparar eran muchas.
Las dos sentíamos la necesidad de hacer un cambio en nuestra cotidianidad y, para lograrlo, elegimos hacer una experiencia de voluntariado en un país culturalmente diferente del nuestro, que nos permitiera crecer interiormente. Queríamos regresar cambiadas y con una nueva visión del mundo.
Cuando llegamos fuímos recibidas por nuestro tutor, Gianluca, y por la chica que nos iba a hospedar durante toda nuestra experiencia, Rocío. Ambos nos hicieron sentir inmendiatamente como si estuviéramos en casa.
Desde el inicio pudimos constatar las enormes diferencias de la ciudad: estábamos en un antiplano a 2700 metros del mar y en frente de nosotras se asomaban los Andes; la ciudad era inmensa y en nuestro recorrido en auto, nos dimos cuenta la cantidad de edificios que estaban en construcción o sin terminar, aún si estaban siendo habitados. Otra diferencia con nuestra ciudad, era la cantidad de personas que vivían o comían en la calle, sobre las sendas peatonales.
Cuando llegamos, Gianluca nos llevó a conocer la realidad de la escuela; allí nos mostró las diversas actividades y nos preguntó nuestras perferencias en relación con los rangos de edad y con la tipología de la intervención. De esta manera, una de nosotras decidió estar en la clase con los niños de jardín, y la otra en la clase de los niños con discapacidad.
Una de las mayores dificultades, que quizás solo superamos parcialmente, fue la lectura de los comportamientos tanto de los profesores como de los niños, a la luz del contexto social en el cual estaban: espontáneamente usábamos como punto de comparación aquello que conocíamos y habíamos vivido en nuestras escuelas. Pensamos que es fundamental sumergirse en la realidad que se está viviendo, para comprender completamente tanto los límites como las riquezas.
Desde el inicio, en cambio, logramos tener una relación muy espontánea con los niños y los chicos de la escuela.
En esta experiencia conocimos personas, estilos de vida y condiciones que para nosotras eran completamente nuevas pero que llevaremos para toda la vida. Nos sumerjimos de lleno en las distintas experiencias hasta el punto que nos han sacudido y movilizado en lo más profundo. Hemos ampliado nuestros horizontes culturales, y ahora nos sentimos más abiertas al diálogo y a la escucha.
Al finalizar esta experiencia nos sentimos felices y agradecidas por todo lo que hemos visto y vivido: las sonrisas de los niños; la energía de Gianluca y de todos los profesores y profesionales que están comprometidos en mejorar las condiciones de vida de los niños; la compañía de Rocío, la música, el lama, el cuñapé ¡Todo ahora hace parte de nosotras!
Comments